Referido como “el nervio y la fuerza de todo lo que hay que hacer” por el gobernador de La Habana, el rol del elemento negro en el desarrollo de la empresa imperial castellana en las Indias fue esencial. Así lo prueban las innumerables peticiones de esclavos a lo largo del siglo XVI (y posteriormente) para explotar las oportunidades económicas, o simplemente para garantizar la conservación de las economías. [i] La ausencia de esclavos fue la justificación para la inacción por parte de gobernantes y vecinos, la que llegó a poner en juego la subsistencia de la población.
Pierre-Charles define al africano en las Antillas como un “hombre objeto y mercancía…separado de sus antepasados, alejado de sus costumbres tribales y de sus manifestaciones lúdicas, [que] fue sometido desde el primer momento a un proceso de deculturación…”. [ii] Sin embargo, Gwendolyn Midlo Hall propone que los primeros africanos que llegaron a las Américas crearon formas de lenguajes y culturas afro-criollas, a las que los esclavos que siguieron en el tiempo se tuvieron que adaptar en gran medida. [iii] Es decir, el negro creó una cultura propia en la Isla, que trascendió el tiempo. Esta se habría fundido con la de los pobladores de la tierra adentro para dar pie a otra nueva, que sería la cultura puertorriqueña.
Estimados de población
Al igual que con la migración española, se ha intentado cuantificar la cantidad de africanos que fueron forzados a pasar a América como resultado de su esclavización. El inglés Kenneth Morgan señala que los esclavos embarcados durante el siglo XVI representan tan solo el 2.2% de los cautivos durante toda la duración de la Trata. Para la América española como destino de desembarco, estima 169,370 individuos durante la centuria. [iv] En la Española, “la primera gran oleada” de esclavos negros comenzó en 1518, convirtiéndose la trata negrera en “el negocio más rentable y beneficioso para un sector de la élite empresarial sevillana” a partir del año siguiente. [v]
Sobre su reproducción, no es hasta 1527 cuando la Corona da permiso para que los negros se pudieran casar, “sin dejar por ello de ser esclavos”. [vi] Esta provisión representa otra manera de opresión al esclavo, puesto que nos hace pensar sobre su sexualidad en una sociedad que perseguía el amancebamiento y el adulterio, pero les había vedado la posibilidad del matrimonio para manifestarla de manera legal y cristiana. A manera de dato, entre los 497 individuos incluidos en este trabajo, solo 6 hombres y 4 mujeres son identificados como casados.
La importancia de la población negra se manipuló a lo largo del siglo: en ocasiones había muy pocos, y en ocasiones eran demasiados. Así, en 1534 el teniente de gobernador habló de una visita que hizo a los negros a principios de ese año, destacando: “la poca cantidad de negros que hay en la isla, … y los muchos que han salido después acá de la Isla, y lo[s] que se han muerto, y que de un año acá no han entrado negros en esta Isla…”. Por lo tanto, vedó la salida de negros. [vii] En contraste, Vallejo reportó en 1550 el peligro de que los indios anduvieran vagabundos por la isla, porque “fuera ocasión de que con ellos se alzasen negros, que es uno de los grandes peligros que esta tierra tiene, por los muchos que hay en ella, que cada día se alzan”. [viii] Gelpí Baíz usa la estimación del obispo Salamanca para establecer en 70% la población negra y mulata en 1581. [ix]
Origen de los africanos en Puerto Rico
Generalmente se acepta que los tratantes de esclavos utilizaron la combinación de etnias, con diferentes lenguas, para minimizar la comunicación entre ellas y facilitar su deculturación y asimilación. Sin embargo, Midlo Hall lo ha retado, basándose en que la fuente de esclavos se mantuvo en una región bastante fija por mucho tiempo, lo que hace más probable que compartieran cultura y lengua. [i] Para Puerto Rico, esta fuente sería los ríos de Guinea. Coincidiendo, aunque inicialmente los negros traídos a la Isla eran ladinos, a partir de 1517 se permitió la entrada de bozales en las colonias antillanas. [ii] Sobre sus nacionalidades, David Wheat sostiene que en cada década de 1500 a 1580, entre el 75% y el 100% tenía como origen la Alta Guinea; Angola tomó prominencia como lugar de origen después. [iii]
La Sociedad Puertorriqueña de Genealogía realizó una investigación sobre su origen, mirando fuentes civiles y parroquiales. Las más de 10,000 biografías recopiladas fueron analizadas por el antropólogo cubano Rafael López Valdés, quien discutió su origen para el siglo XVI. Alegría había identificado a la mayoría de los esclavos llegados a Puerto Rico en 1570 como de origen brama y zape. [iv] Sin embargo, basado en el catálogo de la Sociedad, las etnias identificadas más frecuentemente fueron zape, biáfara, bañol, jelofe, y manicongo. [v] Ahora bien, en nuestro trabajo de catalogar a los individuos que encontramos en la documentación cernida, las combinaciones son un poco diferentes.
Resistencia: fugas y cimarronaje
Más allá del reconocido alzamiento indígena de 1511, tanto indios como negros fueron fuente de preocupación para los colonos españoles. En nuestra historiografía se ha dado mucha publicidad al rechazo a los jelofes por su resistencia a la condición de esclavos. En 1525, Pedro Manso vendió en Sevilla un esclavo negro a Álvaro de Castro, el deán de la Concepción de la Vega, en la Española. Lo interesante del caso es que se especifica que el esclavo, Jerónimo – que estamos convencidos era ladino –, “no es borracho, ni huidor, ni ladrón ni endemoniado”. Fue vendido por el precio de 27,000 maravedís. [i]
En 1532, a la vez que el cabildo de San Juan solicitaba la prohibición de su entrada: el gobernador Lando refería que “los negros jelofes y berberíes, … se ha visto nacer de ellos más escándalos y alborotos en esta isla que de otras naciones, por ser gente más belicosa y bulliciosa”, y que se vedara su entrada a la Isla hasta que el rey decidiera otra cosa, lo que fue concedido en 1534. [ii] En Cuba se prohibieron antes de 1533. [iii] El procurador Juan de Castellanos presentó una petición para que se enviaran 1,000 negros, “que no sean jelofes ni de Santo Domingo”, para repartirlos entre los vecinos. [iv]
En 1527, San Germán pidió la construcción de una fortaleza porque “siempre andan en la dicha isla muchos indios y negros alzados”. [v] Mencionando de manera solapada las fugas, en las informaciones del obispo Manso de 1531, Francisco Manso, su sobrino y mayordomo, hizo referencia a que de los negros que aquel tenía en las minas, “se van algunos de ellos”. [vi]
Las fugas fueron una manera de resistencia, logrando la separación permanente o temporal del control de la administración colonial. En las informaciones de su hijo, se recoge que Francisco Juancho de Luyando, uno de los primeros conquistadores de la Isla, “se había hallado en la conquista y guerra contra los indios de esta isla y contra algunos negros alzados, el cual iba en seguimiento de ellos por mandado del cabildo de esta ciudad…”. [vii] Entre las instrucciones que dejó el obispo Ramírez de Fuenleal, presidente de la Audiencia de Santo Domingo, a los demás funcionarios, antes de salir para Nueva España, se encontraba la creación de cuadrillas de cinco hombres, con indios y negros, para capturar cimarrones, basadas estas en San Juan. [viii]
En 1565, el cabildo de San Juan compró esclavos para que sirvieran de recogedores de negros cimarrones; se enviaron seis. Mataron un cimarrón, cuyo valor les fue ordenado pagar, y los demás, tras ser prendidos, fueron ajusticiados. [ix] Un negro de Juan de Limpias, que había huido de la Isla alrededor de 1542, se había huido al monte, cimarrón, durante más de 28 años. Fue capturado por un vecino de la Mona, que recibió 40 pesos; el negro se vendió en 700 pesos. [x]
En una movida para prevenir que los negros esclavos se escaparan de sus haciendas y huyeran a los montes, en 1527 el rey ordenó a los oficiales de la isla Española que los hicieran casar dentro de un término de tiempo. Para ello, los cargadores de negros debían llevarlos en igual número por género. El razonamiento detrás de esta orden era que, al tener esposas e hijos, los esclavos estarían más apaciguados y no querrían huir. [xi] Aunque desconocemos su etnia de origen, en 1536 se reportó que Hernandillo, negro vaquero del hato del Aibonito, estando preso con cepo, andaba por los montes, llegando incluso a quemar el cepo, por lo que hubo que hacerle otro cuando fue capturado. [xii] En 1555, aun bajo amenaza de franceses, Juan Ponce de León II, alcaide de la Fortaleza, solicitó al gobernador Estévez licencia para pasar a su estancia en el Toa, porque se le habían fugado algunos esclavos. [xiii]
La situación de escapes de esclavos fue llevada a la atención de la Corona en 1567, cuando se solicitó, y se aprobó, que se dieran a la ciudad de Puerto Rico diez – cifra que aumentaría a 12 – de los negros que se tomaran por perdidos en Santo Domingo para usarlos en la captura de los que se habían ausentado. Estos cimarrones les provocaban cada día “muchas vejaciones, y demás de las que se le siguen en írseles y ausentárseles sus esclavos, son grandes las que les hacen, porque los roban sus haciendas y granjerías…”. [xiv]
La mera desobediencia se castigaba. En 1582, el negrillo Miguel, de como 15 años, fue pringado y puesto “en una corriente” ocho días por el mayordomo del ingenio La Trinidad porque no respondió al llamado que se le hizo. [xv]
Resistencia: alzamientos
Los alzamientos y ataques contra los españoles fueron otra estrategia utilizada. Sued Badillo ha identificado en la documentación española el registro del primer alzamiento de negros en 1514; lo considera el primero de América, no solo de Puerto Rico. [i]
En 1526, el concejo de la ciudad de Puerto Rico hizo relación de los levantamientos de los esclavos de la isla Española y de los delitos que habían cometido. Para prevenir que se repitiera aquí la situación, se hicieron ciertas ordenanzas, que esperaban la aprobación del Consejo de Indias. [ii] Una cédula que solicitaba información sobre la pertinencia de construir una fortaleza en la villa de San Germán en 1527 hace referencia a que “siempre andan en la dicha isla muchos indios y negros alzados…”. [iii] En 1534 se refiere que, por los intentos de alzamiento y para su vigilancia, se había ordenado que los dueños de esclavos tuvieran un hombre por cada tres de ellos; por los altos salarios, esto no era posible para la mayoría. [iv] Moscoso ha reseñado el alzamiento de los esclavos de origen Bioho entre 1564 y 1569. [v]
Motivo de preocupación y desconfianza
La proporción del elemento negro en la población de la colonia queda ya patente la década de 1530, cuando Francisco Manuel de Lando reportó que “en esta halla muchos más negros que españoles”, y “para cada español hay seis negros”. Francisco Betanzos opinó que en la Isla había muchos esclavos negros y pocos cristianos (blancos). Para remediar la situación, Lando pidió que se enviaran 50 vecinos casados labradores que viniesen a poblar la mitad de la Isla, entre San Juan y San Germán; “de esta manera, serían más andables los caminos y la isla se poblaría más”. [vi] De ahí, presuntamente, nació la solicitud de Asensio de Villanueva para establecer una población en valle del Otuao.
La postura hacia los negros cambiará considerablemente durante el siglo. Cuando en la segunda mitad se presentará la falta de negros como la razón para no poder explotar las riquezas de la Isla, bien auríferas, bien agrícolas, en 1534 se presentó su exceso como amenaza a la seguridad. Aunque probablemente los vecinos estaban buscando salir de la Isla hacia el Perú, y llevar a sus negros – lo que estuvo prohibido – ese año se planteó que había pocos cristianos españoles y mucha cantidad de negros, “a cuya causa la dicha isla está en mucho peligro de que los negros se alcen con ella, por ser como dizque son muy amigos de los indios caribes…”. [vii]
Irónicamente, a pesar de la dependencia que la administración colonial tenía del negro esclavo, siempre prevaleció una gran desconfianza hacia él. Francisco Delgado señaló que, además de las 313 personas que había en la isla para defenderla en 1583, había algunos negros de servicio. Advertía, sin embargo, “que estos no son parte para hacer confianza de ellos, sino antes, es necesario guardarse de ellos en tales tiempos, porque saben que los franceses e ingleses les dan la libertad”. [viii]En 1584, Juan Pérez de Gerena advirtió el peligro para la Corona de la despoblación de San Germán, porque los corsarios “se apoderarían de la tierra, con algún ayuntamiento de negros esclavos, que por tiempos se podrían adjuntar con los dichos corsarios…”. [ix]
Menéndez de Valdés coincidió en 1587, cuando, anticipando un escenario de guerra en el que los enemigos tomarían tierra, señaló que con facilidad se podrían ganar a los negros como amigos “con dádivas y libertades”. [x] Once años después, dando razón a Delgado y a Menéndez de Valdés, tres negros ayudaron al Conde Cumberland en su ocupación de la ciudad de Puerto Rico. [xi] Veinticinco años antes que Delgado, el gobernador Bahamonde de Lugo había reportado la relación entre los extranjeros y los negros de la Isla. Dos hermanos portugueses, llegados con ingleses cargados con 102 esclavos sin registro, intentaban tomar del puerto de San Juan una barca para irse en busca de franceses o ingleses. Para esto “tenían plática con algunos negros”. [xii]
[i] Jalil Sued Badillo. “La primera sublevación negra en América”. Revista del ICP, Año 23, Núm. 86 (oct-dic 1984): 5-9. [ii] Libro copiador de Puerto Rico. 1522-1540. AGI, CT 5090, L.5, f.83. Aquí encontramos un antecedente al infame bando contra la raza negra del siglo XIX. [iii] “Información sobre fortaleza en la villa de San Germán”. Registros brevísimos. 17 V 1527. AGI, IND 421, L.12, f.89v. [iv] Registro: Puerto Rico. 1534-1541. AGI, SD 2280, L.2, f.27v. [v] Francisco Moscoso. “El alzamiento de los esclavos biohoes en Puerto Rico, 1564-1569”. La Revista del CEAPRC. Núm. 9 (VII-XII 1989): 85-94. [vi] Carta de Francisco Manuel de Lando, teniente de gobernador de Puerto Rico. 3 XII 1532. AGI, SD 155, R.1, N.2, f.2. En esta carta, el teniente expone una propuesta para que el pecado venial en los negros se considere mortal. Carta de Francisco Manuel de Lando, teniente de gobernador de Puerto Rico. 27 II 1534. AGI, SD 155, R.1, N.5, f.4. Puerto Rico: medidas para evitar su despoblación. 13 VII 1534. AGI, PAT 175, R.24, f.520. [vii] Registro: Puerto Rico. 1534-1541. AGI, SD 2280, L.2, f.21. [viii] Carta e informaciones: gobierno y defensa de Puerto Rico. 1583. AGI, PAT 175, R.38, f.839v. [ix] “Probanzas sobre los daños sufridos por corsarios y caries en la villa de San Germán y su consecuente pobreza.” 1583. AGI, SD 169, f.6v. [x] Descripción de Puerto Rico por Diego Menéndez de Valdés. 21 II 1587. AGI, PAT 18, N.13, R.2, f.9v. [xi] Carta de Pedro de Acuña, gobernador de Cartagena. 11 VIII 1598. AGI, SF 38, R.1, N.6. [xii] Carta de D. Francisco Bahamón de Lugo. 10 II 1566. AGI, SD 155, R.4, N.32, f.2. En Río de La Hacha encontramos un incidente en el que dos esclavos del tesorero Miguel de Castellanos (nieto del que fuera tesorero en Puerto Rico) “que se pasaron al inglés”, llevaron a contrabandistas ingleses que habían entrado a tierra a cobrar lo que se les debía hasta los almacenes donde había mercaderías y donde se habían refugiado personas que huían de ellos. Informaciones: Miguel de Castellanos. 1568. AGI, SD 12, N.17, f.9v. [i] Pedro Manso vende al deán de la ciudad de la Concepción de la Vega, Álvaro de Castro, un esclavo. 22 II 1525. AHPS, Protocolos, Legajo 25, Oficio I, Escribanía de Alonso de la Barrera, L.1, f.318v. [ii] Real Díaz, Catálogo de las cartas del cabildo de San Juan 14. Carta de Francisco Manuel de Lando, teniente de gobernador de Puerto Rico. 3 XII 1532. AGI, SD 155, R.1, N.2, f.2. Carta de Francisco Manuel de Lando, teniente de gobernador de Puerto Rico. 27 II 1534. AGI, SD 155, R.1, N.5, f.4. [iii] “Gonzalo de Guzmán”. Registro: Cuba. 1534-1541. AGI, SD 1121, L.2, f.6. [iv] Municipio de San Juan, Catálogo de las cartas del cabildo de San Juan 21. [v] Registros generalísimos. 1526-1527. AGI, IND 421, L.12, f.89v. [vi] Informaciones: Alonso Manso. 1531. AGI, SD 9, N.43, f.4v. [vii] Informaciones: Rodrigo Arias. 1575. AGI, SD 13, N.22, f.3. Testimonio de Hernán Pérez. [viii] Instrucción de gobierno que dejó Sebastián Ramírez de Fuenleal, obispo y presidente de la Audiencia de Santo Domingo, a los oidores de dicha Audiencia. 1531. AGI, SD 49, R.28, N.157, f.1. [ix] Caja de Puerto Rico. 1554-1573. AGI, CONT 1074, fs.199-199v. [x] Caja de Puerto Rico. 1554-1573. AGI, CONT 1074, f.282. [xi] “Casamiento de negros”. Registros brevísimos. 28 VI 1527. AGI, IND 421, L.12, f.151. [xii] Alonso Martínez de Robledo contra Isabel de Robledo. 1537-1538. AGI, JUS 723, N.2, f.532v. [xiii] “Información hecha de oficio por la justicia de esta ciudad de San Juan de Puerto Rico, que va para ante Su Majestad …”. Informaciones: Audiencia de Santo Domingo. 1555, AGI, SD 11, N.7, f.21v. [xiv] Registro: isla Española. 1567. AGI, SD 899, L.2, fs.70v-71. [xv] “Testimonio de la querella que dio León Pardo contra don Fernando Ponce Altamirano”. Carta de Juan Melgarejo, gobernador de Puerto Rico. 13 II 1582. AGI, SD 155, R.10, N.68, f.6v.
[i] Midlo Hall, Slavery and African Ethnicities in the Americas, 55-58. [ii] Álvarez Nazario, La herencia lingüística de Canarias en Puerto Rico, 32-33. [iii] David Wheat. Atlantic Africa and the Spanish Caribbean, 1570-1640 (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2016), 23. [iv] Ricardo Alegría. “Notas sobre la procedencia cultura de los esclavos negros de Puerto Rico durante la segunda mitad del siglo XVI”. La Revista del CEAPRC. Núm. 1, VII-XII (1985): 58-79. [v] Rafael López Valdés. “Procedencia geográfica identidad étnica de los africanos que arribaron a Puerto Rico durante el tráfico esclavista”. Elsa Gelpí Baíz, editora. La aportación de las naciones africanas a la familia puertorriqueña. Colección de Genealogía e Historia, Tomo III (San Juan: Sociedad Puertorriqueña de Genealogía, 2012), 50-52.
[i] Carta de Don Juan Maldonado Barnuevo, gobernador de La Habana. 4 XI 1597. AGI, SD 100, R.1, N.1. [ii] Gerard Pierre-Charles. El pensamiento sociopolítico moderno en el Caribe (México: F.C.E., 1981), 21. [iii] Gwendolyn Midlo Hall. Slavery and African Ethnicities in the Americas. Restoring the Links (Chapel Hill: The University of North Carolina Press, 2005), 169. [iv] Kenneth Morgan. Cuatro siglos de esclavitud trasatlántica (Barcelona: Crítica, 2017), 31. [v] Rodríguez Morel, Orígenes de la economía de plantación en La Española, 36, 54. [vi] Real Provisión. 28 VI 1526. AGI, IND 421, L.12, f.152. [vii] Ibíd, f.446. [viii] Carta de D. Luis de Vallejo, gobernador de Puerto Rico. 27 VIII 1550. AGI, SD 155, R.4, N.11, f.2. [ix] Gelpí Baíz, Siglo en blanco, 21-22.
Comments