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El situado no era mantengo

…porque conviene mucho mirar por la seguridad de aquella plaza

por ser tan codiciada del enemigo… [i]


En la enseñanza de la historia de nuestro país se ha utilizado el situado como un elemento para reforzar nuestra dependencia económica bajo la Corona española, teniendo que recibir dinero desde otras colonias para financiar nuestros gastos. Haciendo un paralelo incorrecto con el siglo XX, se posiciona como un “mantengo” a la española. Entre sus exponentes se encuentra Coll y Toste, quien en 1925 afirmaba que “nuestra pobre y miserable isla no cubría a fines del siglo XVI sus gastos generales, y las cajas reales de México tenían que sufragar el sostenimiento de su guarnición y la construcción de sus fortificaciones”. [i] Por el contrario, el situado fue el sistema que el aparato imperial español utilizó para financiar la defensa de toda la América hispana, incluyendo puntos, como Puerto Rico, que representaban un mayor valor estratégico o geopolítico que como fuente de rentas reales.

“Situado” se refiere a la localización de una caja central (hacienda) “situada en una capital virreinal o en uno de los principales núcleos administrativos”, desde la cual la Corona subvencionaba sus operaciones en jurisdicciones más remotas o empobrecidas, como fue el caso del Caribe, Florida, y hasta las Filipinas”. [ii] Es decir, el rey transfería sus propios fondos de una colonia a otra, según se necesitara, en aras de la defensa de la totalidad del imperio. Antonino Vidal asocia el origen del situado con la creciente necesidad de fuentes para la financiación del sistema defensivo de las plazas militares, que eran incapaces de generar sus propios recursos. [iii] Por esto, Carlos Marichal y Matilde Souto se refieren a él como transferencias “intra imperiales”. [iv]

Como colonia de frontera, San Juan requería de soldados que protegieran las posesiones españolas en el Caribe y en el continente. Recordemos la advertencia hecha en la década de 1530 relacionada a la necesidad de la Isla para detener los avances de los caribes a otras Islas de mayor importancia. [v] La población siempre fue escasa, y los ingresos que generaban aranceles e imposiciones como quintos, almojarifazgos, averías no eran suficientes, por las razones que hemos esbozado anteriormente; por todo ello, a finales del siglo, la guarnición de la Isla era subsidiada con dinero situado en otras cajas.

Además de los de índole militar, la Corona utilizó este sistema para cubrir los gastos que le correspondían relacionados a la Iglesia en América. A través del Patronato Real, la Corona asumió la responsabilidad sobre su funcionamiento, por lo que, cuando los diezmos eran insuficientes, el rey debía complementar los ingresos, utilizando en ocasiones fondos de otros obispados. Añadiendo una dimensión a esta ecuación, recordemos que cuando hubo necesidad de realizar obras públicas, ocasionalmente se consiguió que el rey mercedara la utilización de las penas de cámara para su financiamiento, porque no era uso y costumbre hacerlo.

Fuera de las estructuras de poder, el situado era el aspecto más tangible del sistema imperial en la Isla, y de sus crecientes limitaciones. El financiamiento de los presidios más pobres en América se asignaba a las cajas reales de provincias o virreinatos más ricos. Durante el siglo XVII, para Puerto Rico estos fondos estuvieron situados en Nueva España, Panamá y Cartagena de Indias. Cubrían el pago de los soldados, la artillería, y en ocasiones, del gobernador y los oficiales reales. Era la sangre que nutría la capacidad económica de los capitanes y oficiales y soldados, y el pago de la fábrica de las fuerzas, y la generación de comercio en la ciudad, y su falta era “irrecuperable”. [ii]

De ninguna manera Puerto Rico fue el único presidio que cuyos gastos eran cubiertos desde otras cajas. Para todo el siglo XVII, Rafal Reichert estima que los presidios del Circuncaribe recibieron sobre 19 millones de pesos; a Puerto Rico le tocó 13% de todos esos fondos, o 2,561,767 pesos de a ocho reales; La Habana recibió sobre tres veces más, y Santo Domingo 13% menos que Puerto Rico. [iii] A mediados de siglo, La Habana recibía 122,250 pesos anualmente, la Florida 65,123, cuando a Puerto Rico llegaban poco menos de 52,000 pesos. Desde México también se pagaba situado a Santo Domingo y a San Martín. [iv] En 1684, el virrey envió en la Armada de Barlovento 336,938 pesos para los socorros de todos estos presidios, menos San Martín, además de los ordinarios para el apresto de los navíos de azogues y la propia Armada. [v]

Los pagos del situado de Puerto Rico se recibían desde Santo Domingo hasta 1586, cuando se ordenó hacerlos de la caja de Vera Cruz. [vi] A partir de 1598 se habían asignado 8,000 ducados para la construcción de las defensas; esto era un suplemento al situado regular que cubría los sueldos, las ventajas, raciones y medicinas de los soldados. [vii] Un informe de la utilización del situado de 1602 nos permite conocer cómo se gastaba: de 60,000 pesos recibidos por el regidor Sancho de Rivafrecha, se utilizaron 44,000 pesos, y el resto entró en la caja real. [viii] Para subsidiar la conclusión de la fortificación de San Juan, en 1607 el rey ordenó a los oficiales reales de México a enviar 16,000 ducados anuales, además de los 8,000 que ya se enviaban; efectivamente, se triplicó el dinero enviado por esta razón, merced se prorrogó en 1609. [ix] Después de la ocupación holandesa, el rey aprobó el envío de 8,000 ducados de la caja de México para continuar la construcción de las fortificaciones. [x]

En las primeras dos décadas del siglo, Puerto Rico recibió 23.5% de todos los envíos de fondos desde la caja de la Nueva España, lo que constituyó 866,525 pesos. Esto se debe a que se reconocía la importancia estratégica de nuestra isla para proteger el interior del Caribe. [xi] El virrey se quejó en 1637 que de su caja se sacaban anualmente 400,000 pesos para pagar situados, por lo que el rey pidió a los gobernadores que los recibían estudiar a cuánto se podían bajar sus transferencias, considerando los ingresos por concepto de almojarifazgos y alcabalas. [xii]

Uno de los efectos de la falta de situado, que impactaba el poder adquisitivo de los residentes de la Isla, era el aumento de los precios. Así, en 1643 el nuevo gobernador De la Riva señalaba que una vara de lienzo, que costaba 7 reales en La Habana y Cartagena, en Puerto Rico valía 16. [xiii] Para 1644 no se habían recibido los situados de los últimos 9 años. [xiv] Según culminó el siglo, admitido por el propio Consejo de Indias, se intensificaron las quejas sobre que la caja de Nueva España no alcanzaba para cubrir con el situado los pagos requeridos para mantener la plaza de Puerto Rico. [xv] La gallinita de los huevos de oro se cansó, o sus tesoros se utilizaron para otras prioridades, entre las que no estaba nuestra Isla.

[i] Cayetano Coll y Toste. “Estado de la colonización española en la Isla a fines del siglo XVI”. Boletín histórico de Puerto Rico (en adelante, BHPR) Año XII, Núm. 1 (1925), 71. [ii] Elliott, Imperios del mundo atlántico, 219. [iii] Antonino Vidal Ortega. “Circulación de capital y circulación comercial en Cartagena de Indias, 1580-1640: una aproximación desde las Cajas Reales”. Universidad de Cartagena. Revista Historia y Cultura. Núm. 4, Año IV (1996), 107. [iv] Carlos Marichal y Matilde Souto. “La Nueva España y el financiamiento del Imperio español en América: los situados para el Caribe en el siglo XVIII”, en Carlos Marichal y Johanna von Grafenstein (coords.), El secreto del imperio español: los situados coloniales en el siglo XVIII (México, D.F: El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, Instituto Mora, 2012), 2. [v] Vecinos de Puerto Rico: medios para el buen gobierno, etc. 1534. AGI, PAT 175, R.23, fs.430-431, 439-440. [i] Registro: isla Española. 1 V 1645. AGI, SD 870, L.11, f.170v. [ii] El fiscal con Juan de Gardea Zaval sobre el comiso de las mercancías de China conducidas de Nueva España a Puerto Rico. 1607. AGI, ESC 3B, N.4, P.1, f.2v. [iii] Rafal Reichert. “Las devastaciones de Osorio y los situados novohispanos para Santo Domingo durante los reinados de la casa de Habsburgo”. Iberoamericana, XVI, 63 (2016), 142. En la tabla preparada por Reichert para el total del año: Florida, 4,715,856; La Habana, 8,341,551; Santiago de Cuba, 842,888; Santo Domingo, 2,228,395; y San Martín, 520,414 pesos de a ocho reales. [iv] Carta del virrey García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra. 18 V 1647. AGI, MEX 36, N.19, (3) f.1v. [v] Cartas del virrey Marqués de la Laguna. 14 VIII 1684. AGI, MEX 54, R.2, N.41. [vi] Consultas y pareceres dados a S.M. en asuntos de gobierno de Indias, Vol. 1. 1586-1678. AHN, Códices, L.752, N.6. [vii] Carta de Sancho Ochoa, gobernador de Puerto Rico. 1 VI 1607. AGI, SD 155, R.15, N.191, f.1. [viii] Carta de Sancho Ochoa, gobernador de Puerto Rico. 20 VIII 1602. AGI, SD 155, R.15, N.165, f.3. [ix] Registro: isla Española. 10 XII 1607. AGI, SD 869, L.5, f.147v. Registro: isla Española. 5 X 1609. AGI, SD 869, L.6 f.46. [x] Antonia Heredia Herrera (dir). Catálogo de las consultas del Consejo de Indias, Tomo V (1626-1630) (Sevilla: Diputación Provincial de Sevilla, 1987), 3-4. [xi] Rafal Reichert. “El situado novohispano para la manutención de los presidios españoles en la región del Golfo de México y el Caribe durante el siglo XVII”. Estudios de Historia Novohispana. Vol. 46 (ene-jun 2012), 57. [xii] Informe sobre cobro de derechos en Santo Domingo. 21 III 1638. AGI, SD 870, L.10, f.77. [xiii] Carta de Fernando de la Riva, gobernador de Puerto Rico. 10 XII 1643. AGI, SD 156, R.7, N.80, f.1. [xiv] Carta de Fernando de la Riva, gobernador de Puerto Rico. 25 III 1644. AGI, SD 156, R.7, N.81, f.1. [xv] Carta de Antonio de Robles, gobernador interino de Puerto Rico. 6 VI 1699. AGI, SD 163, R.3, N.55, fs.4-4v.

IMAGEN DE PORTADA: © eldatonumismatico.wordpress.com.


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