El núcleo urbano influencia fundamentalmente la articulación de la vida de las sociedades. [i] Oviedo sostiene que el urbanismo era una declaración de poder, e identifica los edificios emblemáticos de las instituciones gubernativas como centros de la autoridad colonial. [ii] En cuanto a la distribución y tipo de la vivienda, haciendo referencia a la Sevilla del llamado Siglo de Oro, Núñez Roldán señala que “según el orden que ocuparan sus dueños en la jerarquía social y política de la ciudad, así eran las casas”; sin embargo, los barrios no se segmentaban de la misma manera. [iii]
Aníbal Sepúlveda añade que, en el proceso de conquista de América, las ciudades fundadas eran las nuevas “plazas fuertes de los territorios conquistados” y servían para organizar la ocupación del territorio y el establecimiento de fronteras. [iv] Pabón-Charneco no coincide, y utiliza el modelo de ciudades abiertas, carentes de murallas, como un nuevo modelo para América: las ciudades de paz. [v]
Mientras en Santo Domingo se comenzó a construir tan pronto se mudó la ciudad al margen occidental del río Ozama bajo Ovando, [vi] la construcción de estructuras permanentes en Puerto Rico fue lenta, a pesar de que, desde tan temprano como 1509, el rey Fernando expresó su deseo de que se construyese una fortaleza y dos poblaciones en la Isla. [vii] A menos de cinco años de comenzada la conquista, los carpinteros de Caparra alzaron su voz y reclamaron al rey que les diera las “mejoras” que se les había prometido a través de Cristóbal de Sotomayor. De paso, dejaron saber que, además de su oficio, habían participado en la conquista de la Isla. [viii] La presencia de carpinteros equivale a la construcción en madera. ¿Por qué Sotomayor? Porque, a la vez que Ponce de León se encontraba tomando la Isla, Sotomayor recibió una cédula en 1509, para que pudiera poblar en la Isla y tomar los indios y las tierras que necesitara, [ix] lo que hizo en la costa opuesta a la del establecimiento de Ponce de León.
El interés del rey Fernando por el ennoblecimiento de isla quedó plasmado en una provisión de 1514 en la que ordenaba a los vecinos que tuvieran cierto capital hacer casas de tierra, y que se llevaran piedras en los barcos que llegaran hasta el puerto de Puerto Rico para hacer con ellas un desembarcadero y una calzada hasta Caparra. [x]Antes de 1517, en nombre de sus vecinos, Martín de Isásaga había presentado una solicitud para mudar la ciudad a la isleta; las razones incluían acercar la ciudad al mar, y mejorar los caminos de acceso a él. [xi]
Figura #25: Casa colonial de San Juan. © Wesley y Brandon Rosenblum. En un empeño por arrebatar la primacía atribuida a la ciudad de Santo Domingo, Tió afirma que tan pronto como 1523, García Troche, yerno del Adelantado, construyó en la isleta la nueva casa fuerte – que hoy conocemos como Casa Blanca –, reemplazando la que abandonaron en Caparra. Reporta 80 casas, muchas de cantería o tapia y techos de tejas, y otras de dos niveles, construidas entre 1521 y 1530;
declara que los edificios se comenzaron a construir en 1520, y no en 1521 “como se ha supuesto”. Finalmente, estima una población de 2,000 vecinos en la isleta, con la catedral más antigua y la primera universidad en América. [xii]
Adolfo de Hostos asevera que “el crecimiento de la naciente urbe iba siendo muy lento y dificultuoso… pero bien ordenado e ideado desde un principio por los Padres Jerónimos…”. Coincide con Tió, e identifica como estructuras existentes en la isleta la plaza de armas, el hospital del rey, las casas del cabildo, además de la Fortaleza, o fuerza vieja, y el castillo del Morro, construido a finales de siglo. Había 80 casas de madera y dos o tres de tapiería, incluyendo la Casa del Rey. [xiii] El número de casas nos podría ayudar a estimar la población, si utilizamos el dato de que en cada una debía haber cinco personas. [xiv]
En la descripción de Hostos, no había pavimentación ni aceras, ni en la plaza frente a la catedral ni en las calles, donde los vecinos dejaban paciendo a sus bestias. Esta sería la razón por la cual, ante la falta de “propios” del cabildo para costear su mantenimiento, a la altura de 1569, las calles “están que no se puede andar por ellas, y otras sucias y hechas muladares…”. [xv]
Las casas estaban enclavadas en amplios solares, cercados de caña brava para protegerlos de los cerdos salvajes que frecuentaban la isleta. Se comenzó a sembrar árboles frutales, incluyendo palmas de dátiles, que Fernández de Oviedo añade se usaban en las huertas y los jardines. [xvi] Estas complementaban las provisiones como el casabe y las carnes que eran traídos de los campos circundantes en canoas. No será hasta finales de siglo cuando proliferarán las casas de dos niveles o más, desprovistas generalmente de ornamentación exterior. [xvii]
La misma documentación nos presenta un cuadro de cómo lucía la isleta a nueve años de la mudanza. En 1530, había casas de piedra, de madera y teja, y bohíos de paja, para un total de 56 casas (¿cabrían en ellas los 2,000 vecinos de Tió, quien se excede en su estimado por 34 casas?) [xviii]El obispo Fuenleal había reportado 120 casas el año anterior. [xix] La reducción en este número podría deberse al huracán que destruyó la ciudad, y afectó las estructuras de piedra. Si pensamos en 1532 concretamente, la ciudad estaría ocupada por la gente, el trajín y los ruidos de las construcciones de la casa del rey, la Fortaleza y el ensamblaje de los bergantines enviados para la defensa contra los caribes. [xx]
Para finales del siglo, el paisaje urbano debió ser muy diferente al San Juan que conocemos hoy. Layfield comenta que la ciudad estaba llena de palmas de coco, “las que además de su excelente fruto, dan un aspecto poético y delicioso al paisaje”. [xxi]
El paisaje urbano de la isleta ha cambiado mucho, pero su esencia se ha mantenido.
[i] Gabriel Guarda. “Santo Tomás de Aquino y las fuentes de urbanismo indiano”. En Miguel Mena, editor, La ciudad colonial del Nuevo Mundo: formas y sentidos, tomo I (Santo Domingo: Cielonaranja, 2014), 14. [ii] José Oviedo. “Santo Domingo y la construcción española de América”. Ramón Narpier, Carolina Lerebours y José Oviedo, editores. Fundaciones, historia y cultura de la primera ciudad euroamericana (Santo Domingo: Editora Centenario, 2011), 13. [iii] Francisco Núñez Roldán. La vida cotidiana en la Sevilla del Siglo de Oro (Madrid: Sílex Ediciones, 2004), 26. [iv] Sepúlveda Rivera, San Juan, 51. [v] Pabón-Charneco, The Architecture of San Juan de Puerto Rico, 15. [vi] En 1508 ya existían en Santo Domingo casas de cal y canto, de dos niveles. Fray Vicente Rubio. Viviendas de los primeros pobladores de Santo Domingo. Casas Reales, Órgano del Museo de las Casas Reales, Núm. 27 (2008), 158-164. Ver también Amadeo Julián y otros (eds.). Sobre la historia de la fundación de la ciudad de Santo Domingo, y otros estudios de la época colonial. Ponencias presentadas ante el Primer Congreso sobre la Fundación de la ciudad de Santo Domingo, 1995 (Santo Domingo: Comisión Municipal para la Conmemoración del V Centenario de la Fundación de la ciudad de Santo Domingo, 1996). [vii] Adolfo de Hostos. Crecimiento y desarrollo de la ciudad de San Juan (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1969), 3. Registro: Sevilla. 1507-1509. AGI, IND 1961, L.1, f.119. [viii] Orden a Miguel de Pasamonte. 29 I 1513. AGI, IND 419, L.4, f.72v. [ix] Real Cédula a don Cristóbal de Sotomayor para que pueda poblar en la isla de San Juan, tomando los indios y tierras que necesitare. 9 I 1509. AGI, IND 1961, L.1, fs.114v-115. [x] “Ordenanzas a la población de San Juan”. Registros generalísimos. 27 IX 1514. AGI, IND 419, L.5, f.248v. [xi] “Orden a los jerónimos de Indias”. Registros generalísimos. 22 VII 1517. AGI, IND 419, L.6, f.639. [xii] Aurelio Tió. “El San Juan de los Ponce de León”. BAPH. Vol. II, Núm. 7 (31 XII 1971), 15, 18-20. En “Por los fueros de nuestra ciudad capital, San Juan Bautista de Puerto Rico”, Tió menciona documentación para sustentar estos reclamos; en Vol. II, Núm. 1 del BAPH. [xiii] Hostos, Crecimiento y desarrollo…, 3-6. [xiv] Registro: Puerto Rico. 1534-1541. AGI, SD 2280, L.2, f.105. [xv] Coll y Toste, “Juicio de residencia al gobernador Bahamonde…”, 2. [xvi] Fernández de Oviedo, Sumario de la natural historia de las Indias, 154. Un testimonio de 1555 menciona los corrales de las casas, y casillas de paja. “Informaciones hechas de oficio en la isla de San Juan de Puerto Rico por el licenciado Estévez, gobernador de ella, contra Alonso Pérez Martel, y doctor Vallejo y otros, …”. Informaciones: Audiencia de Santo Domingo. 1555. AGI, SD 11, N.7, f.19v. [xvii] Coll y Toste, “Juicio de residencia al gobernador Bahamonde…”, 7. [xviii] Testimonio de Autos enviado por D. Francisco Manuel de Lando, teniente de gobernación de San Juan de Puerto Rico. 9 XI 1530. AGI, SD 155, R.1, N.1, fs.5v-6. Un testigo describió las casas del rey como de 100 pies x 40 pies. [xix] Sebastián Ramírez de Fuenleal: educación, gobierno: la Española. 1 III 1529. AGI, PAT 174, R.51, f.268. Cuesta Mendoza, Historia eclesiástica, 138. [xx] Tanodi, Real Hacienda II, 298 en adelante. [xxi] Rev. John Layfield. “Relación del viaje a Puerto Rico de George Clifford, Conde de Cumberland”. En Crónicas de Puerto Rico. Desde la conquista hasta nuestros días (1493-1955) (San Juan: Publicaciones Gaviota, 2007), 144.
[i] Gabriel Guarda. “Santo Tomás de Aquino y las fuentes de urbanismo indiano”. En Miguel Mena, editor, La ciudad colonial del Nuevo Mundo: formas y sentidos, tomo I (Santo Domingo: Cielonaranja, 2014), 14. [ii] José Oviedo. “Santo Domingo y la construcción española de América”. Ramón Narpier, Carolina Lerebours y José Oviedo, editores. Fundaciones, historia y cultura de la primera ciudad euroamericana (Santo Domingo: Editora Centenario, 2011), 13. [iii] Francisco Núñez Roldán. La vida cotidiana en la Sevilla del Siglo de Oro (Madrid: Sílex Ediciones, 2004), 26. [iv] Sepúlveda Rivera, San Juan, 51. [v] Pabón-Charneco, The Architecture of San Juan de Puerto Rico, 15. [vi] En 1508 ya existían en Santo Domingo casas de cal y canto, de dos niveles. Fray Vicente Rubio. Viviendas de los primeros pobladores de Santo Domingo. Casas Reales, Órgano del Museo de las Casas Reales, Núm. 27 (2008), 158-164. Ver también Amadeo Julián y otros (eds.). Sobre la historia de la fundación de la ciudad de Santo Domingo, y otros estudios de la época colonial. Ponencias presentadas ante el Primer Congreso sobre la Fundación de la ciudad de Santo Domingo, 1995 (Santo Domingo: Comisión Municipal para la Conmemoración del V Centenario de la Fundación de la ciudad de Santo Domingo, 1996). [vii] Adolfo de Hostos. Crecimiento y desarrollo de la ciudad de San Juan (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1969), 3. Registro: Sevilla. 1507-1509. AGI, IND 1961, L.1, f.119. [viii] Orden a Miguel de Pasamonte. 29 I 1513. AGI, IND 419, L.4, f.72v. [ix] Real Cédula a don Cristóbal de Sotomayor para que pueda poblar en la isla de San Juan, tomando los indios y tierras que necesitare. 9 I 1509. AGI, IND 1961, L.1, fs.114v-115. [x] “Ordenanzas a la población de San Juan”. Registros generalísimos. 27 IX 1514. AGI, IND 419, L.5, f.248v. [xi] “Orden a los jerónimos de Indias”. Registros generalísimos. 22 VII 1517. AGI, IND 419, L.6, f.639. [xii] Aurelio Tió. “El San Juan de los Ponce de León”. BAPH. Vol. II, Núm. 7 (31 XII 1971), 15, 18-20. En “Por los fueros de nuestra ciudad capital, San Juan Bautista de Puerto Rico”, Tió menciona documentación para sustentar estos reclamos; en Vol. II, Núm. 1 del BAPH.
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